Haiku IV

El agua quieta

rosáceo el atardecer

marco y paisaje

A golpe de palabra

A golpe de palabra

parafraseo paisajes,

proclive a una madurez silábica,

reacia a rimas y métrica,

casando lo casual con lo previsto.

Pero lo escrito

carga sobre mí y me fragmenta;

desdeña lo concebido,

me estanca en lo inexacto,

dando al traste con lo primordial.

Entonces comprendo

que mis letras fracasan cada día.

Haiku III

En la neblina

colores esparcidos

con pincel de aire

Mi querida Kenia

Dos meses que te fuiste y aún no supero tu marcha.

Me dejaste el 28 de diciembre, tú como siempre tan genuina

tan especial y singular... tan graciosa.

Te dormiste en el mismo sitio de siempre,

con tanto sosiego que no creía que te habías ido.

Te llamé, te grité que no me dejaras y no me respondiste..

Ahí estabas, suave,  sin que la rigidez hubiera tomado tu cuerpo todavía.

No puedo recordarte, ni hablar, ni escribir de ti

sin que mis ojos se inunden.

Espérame allá donde estés con Estrella (tu querida mamá).

Te quiero.

Haiku II

De orilla a orilla

la luna y su mutismo

tras la nube

El duende

Era un duende de ojos claros inyectados en césped, de mirada escuálida y párpados desmayados.

Aclaraba las dudas y rellenaba el hueco de las horas.

Experto en desamor, cargaba su arma preferida; la palabra aguda y cínica.

Tenía pegada una pena, como un broche clavada en la solapa del corazón.

Salió de la nada para quedarse... luego desapareció.

Rosa María Romero C.



Tanka I

Lloran los sauces

al lado del arroyo

y se lamentan

con lánguidos suspiros

sus hojas voladoras.